sábado, 21 de julio de 2012

El Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Enrique Rojas


Enrique Rojas, al presentarse, a la cátedra en la Universidad Complutense de Madrid - que no ha tenido ni tiene -, suele añadir "director", del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas y quienes no saben como se las gasta este sujeto, creen que es una institución pública que tiene el cometido que su nombre indica.

No, no..., no nos confundamos más. No es así. El Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, es - y siempre fue -, una sociedad mercantil mediante la cual, Enrique Rojas realiza el trasiego de gastos e ingresos de su consulta en la C/Serrano, 100 de Madrid.

Empezó siendo una sociedad anónima (S.A.), de capital 100% a nombre de Rojas, mujer e hijos (los hijos entonces, eran todos muy pequeños). La creación de esta sociedad mercantil, data de los años 80. En España, es muy normal que el dueño de una sociedad mercantil que tiene el 100% del capital, si quiere, sea "su director".

Después con los pleitos y destapes de Rojas la convirtió en sociedad limitada (S.L.), hizo una importante ampliación de capital y el 100% pasó a nombre de Enrique Rojas y su mujer (sobre 2003-04). Supongo que también aprovechó para hacer separación de bienes, por si le caía algo de mi querella (así no se podrían tocar los bienes que estuviesen a nombre de su mujer).

En España, las sociedades mercantiles tienen muchas ventajas fiscales y de otro tipo, sobre todo cuando gobierna la derecha y se pueden evadir fácilmente ingresos al no declararlos todos, cuando a los clientes no se les da factura.
De los afectados de Rojas que han ido apareciendo, la mayoría se ha quejado de lo mismo "Rojas no daba factura". Decía que "no era costumbre" o, les ha costado conseguirla.

En el caso de una consulta psiquiátrica, sería impensable que con la ley de protección de datos se pudiese probar quienes han acudido a la consulta, además de que existen otros muchos métodos y Rojas, en "métodos y trampas", como ya hemos visto, conoce bastantes.

En mi caso, como el gran monto de las facturas que existían estaban a nombre del "ex" Juan Cantero Caba (que incluso se las había deducido en su renta particular porque en esos años se desgravaba un 10% de los gastos médicos), al preguntar mi abogado a Rojas ¿por qué había emitido certificados sobre mí si su paciente era Juan Cantero?, Rojas dijo que, "era costumbre que las facturas se emitieran a nombre del marido" (nada más lejos de la verdad, en España no existía esa costumbre a finales de los años 90; Rojas seguía pensando en 2002, con la mentalidad del franquismo (17 años después de que hubiésemos enterrado - a dios gracias - a Franco), donde la mujer tenía que pedir permiso al marido hasta para ligar.

Entonces, mi abogado le sacó las escasas facturas que había a mi nombre (en ese tiempo, yo era tan imbécil que aunque era Rojas quien me había llamado con la excusa de que "le ayudase", en la terapia que el ex - Juan Cantero -, estaba llevando a cabo en su consulta, cada vez que fui, pregunté que debía y pagué el sablazo que me dijeron debía pagar). Ahora, no sólo no les pagaría, sino que les montaría un numerito (Rojas y sus acólitos temen especialmente a los "numeritos").

El caso es que Rojas se quedó mudo al ver que había 40 mil ptas. a mi nombre (cobraba 20 mil entonces por visita) y más de 200 mil a nombre del ex, Juan Cantero. Había mentido descaradamente, pero judicialmente, no sucedió nada en su contra para no variar (así sucede aquí, cuando una de las partes es "intocable", aunque digan y nos digan que tenemos "una democracia").
El juez que instruía rechazó las pruebas que mi abogado solicitó para dejar a Rojas más en ridículo, ya que Rojas cuando le vino el habla, volvió a mentir más y más. Creo que fue entonces cuando sufrí el primer intento de sobreseimiento (total descaro por parte del juez que además se negaba a solicitar las pruebas que remataban la faena y probaban con rotundidad que Rojas mentía).

Aunque no he frecuentado mucho la consulta de Rojas, nunca tuve la impresión de que allí se investigase. Más bien era un desfile de personas a las que el susodicho atendía unos minutos (en esto también coinciden casi todos los afectados) y como yo me revolvía, porque me negaba a recibir unas instrucciones que no pensaba cumplir y encima a tener que pagarle sin que supiera que yo no estaba de acuerdo, creo que llegué a permanecer en su despacho, bastante más de lo que permanecían los demás.

También me pareció que si podía, grababa. Por supuesto, sin pedir permiso (casualmente, esto se lo he oído a algún afectado más). En el "método" general, existen no pocas coincidencias en el relato de los afectados.

Volviendo al Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, no es otra cosa que el nombre que ya en los
80, Enrique Rojas Montes, piensa y elige para su sociedad mercantil.
Para mí indica, como este sujeto pensó con antelación el camino de engaños por el que iba a llegar al estrellato (como vía para llenar más fácilmente su consulta) y se fue haciendo con instrumentos para conseguirlo desde el inicio.

Quede claro, que a Enrique Rojas, nadie - ni siquiera sus amigos altos cargos políticos del Partido Popular que han presentado al público sus libros, mientras ha tenido pleitos, hasta entonces no lo habían hecho -, lo ha nombrado "director" de ninguna institución o centro de investigación, ni le ha dado cátedra en Madrid por "sus méritos", como se la dieron en Córdoba a Castilla del Pino - ya en democracia -, por la gran labor social que allí hizo, porque ni Franco ni sus envidiosos compañeros, querías ver a Castilla del Pino - que les daba sopa con ondas a todos -, en una cátedra de Psiquiatría.

Como he dicho unas entradas atrás, "los amigos de Rojas" del Partido Popular, en mi opinión, más le temen - por los "secretos" que pueda desvelar -, que le quieren. Lo que quizás no sepan todavía, es que hace años que Rojas, ya utiliza esos secretos (o parte de ellos, al menos, "para convencer" a quienes no le obedecen, de que deben seguir las instrucciones que da). Es un individuo que no desaprovecha nada.  Juega con las cartas de la baraja y con las de la manga, siempre (más con las que tenga en "lugares recónditos").
De sí mismo dice que "es un trapero" y en general, por su conducta, afirmaciones y críticas a la sociedad y a quienes no comulgan con él, se puede intuir bastante bien cómo es.

Si habéis observado, omite siempre las siglas S.A. o S.L. que todos conocemos tan bien, para que NO podamos identificar correctamente que es, el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, S.L.

A la derecha, art. de la Revista Tiempo del 29 marzo de 1999, donde ya hablábamos de esta también trampa de Rojas, para que creamos otra cosa de lo que en realidad es (sí, por su conducta, se le conoce bastante bien, la mentira y la confusión ¡es lo suyo!). En otra profesión, quizás tendría un pase, en Medicina no se debe tolerar y por eso existen códigos deontológicos y disciplinarios, e innumerables congresos y protocolos, que regulan y dictan como se deben comportar los médicos, especialmente los psiquiatras.

Moraleja: Enrique Rojas es un impresentable. En España, se le permite porque España es un país impresentable (cada día más, últimamente llevamos una carrera meteórica). Las eminencias que valen, tradicionalmente, se han ido fuera. Rojas, desde aquí, engaña tranquilamente a toda Sudamérica y también se lo permitimos, aunque todavía haya quien diga que de aquella parte del planeta, no nos aprovechamos o pongamos el grito en el cielo porque expropian Repsol (como si Repsol fuera de todos los españoles o sus beneficios fueran a parar a n/arcas públicas).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Evidentemente, la autora de este blog necesita un psquiatra.

Anónimo dijo...

Si es posible q se necesite psiquiatra .
Pero lo grave del caso es q por lo q a mi respecta es fehaciente y demostrable q la honorabilidad humanidad Responsabilidad credibilidad de su valía como suquiatra es nula .
Pido a Dios q no le permita seguir con sus malas praxis .....por poner algo digno ...
.
Mi experiencia fue algo mas grave .
Te deseo bloguera q te tomen en serio
Tienes mi relato
Ya somos más los q hemos sufrido y desgraciadamente sus victimas .

Anónimo dijo...

El esperpento continúa.
Se puede leer en le edición de la conocida y de cierto prestigio ¡Hola! (no se puede comparar con la vulgaridad de otras publicaciones similares) de fecha 17 de junio de 2.015, número 3698, en la página 95 en el apartado "Sociedad" donde aparecen fotografías en blanco y negro, Conferencia del Dr. Enrique Rojas, en el Club siglo XXI. Adornado con varias fotos se puede leer en el pie de página algunos de los nombre de los asistentes apareciendo el de dos de sus hijas , con la descripción "del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas". La apariencia realmente es de una Institución similar al Instituto de Investigaciones Científicas. Realmente da lugar a equívoco. Por cierto entre otros aparece Eduardo Zaplana.Curioso